Novena a San Benito
los patrona de Europa, San Benito de Nursia (c. 480-543) es conocido como el padre del monaquismo occidental. La Regla de San Benito, que escribió para gobernar la comunidad que creó en Monte Cassino (en el centro de Italia), ha sido adoptada por casi todas las principales órdenes monásticas occidentales. Los monasterios que crecieron gracias a la influencia de Benedicto XVI custodiaron y perpetuaron el conocimiento clásico y cristiano durante el período medieval temprano, comúnmente conocido como la Edad Media, y se convirtieron en el centro de la vida litúrgica de las comunidades circundantes. La agricultura, los hospitales y las instituciones educativas medievales tenían sus raíces en la tradición benedictina.
Este tradicional novena San Benito coloca nuestras propias pruebas en el contexto de las que enfrentaron Benedicto y sus monjes. Por muy malas que parezcan hoy las cosas, podemos ver en Benedicto XVI un ejemplo de cómo vivir una vida cristiana rodeado de adversidad. Como nos recuerda la novena, vivir una vida así comienza amando a Dios y amando a nuestro prójimo, y ayudando a los afligidos y afligidos. Cuando seguimos el ejemplo de san Benito, podemos estar seguros de su intercesión por nosotros en las pruebas de nuestra propia vida.
Si bien esta novena es apropiada para rezar en cualquier época del año, es una buena manera de prepararse para la fiesta de San Benito (11 de julio). Empiece la novena el 2 de julio para finalizarla en vísperas de la fiesta de San Benito.
Novena a San Benito
¡Glorioso San Benito, modelo sublime de virtud, vaso puro de la gracia de Dios! Mírame arrodillado humildemente a tus pies. Te imploro en tu amorosa bondad que ores por mí ante el trono de Dios. A ti recurro a los peligros que diariamente me rodean. Protégeme de mi egoísmo y mi indiferencia hacia Dios y hacia mi prójimo. Inspírame a imitarte en todas las cosas. Que tu bendición esté conmigo siempre, para que pueda ver y servir a Cristo en los demás y trabajar por Su reino.
Obtén misericordiosamente de Dios para mí los favores y las gracias que tanto necesito en las pruebas, miserias y aflicciones de la vida. Tu corazón siempre estuvo lleno de amor, compasión y misericordia hacia aquellos que estaban afligidos o afligidos de alguna manera. Nunca despidió sin consuelo y asistencia a quien acudiera a usted. Por tanto, invoco tu poderosa intercesión, confiado en la esperanza de que escuches mis oraciones y obtengas para mí la gracia y el favor especiales que imploro de todo corazón.[Mencione su solicitud aquí.]
Ayúdame, gran San Benito, a vivir y morir como un hijo fiel de Dios, a correr en la dulzura de su amorosa voluntad y a alcanzar la eterna felicidad del cielo. Amén.