La Letanía de San José
Esta letanía, aprobada por el Papa San Pío X (1903-14), muestra la creciente devoción a San José en el siglo XX. El Papa Juan XXIII (1958-63) también tenía una profunda devoción por San José , y compuso Oración por los trabajadores , que está dirigida a San José.
La lista de títulos aplicados a San José, seguidos de sus atributos santos, nos recuerda que el padre adoptivo de Jesús es un ejemplo perfecto de la Vida cristiana . Los padres y las familias, en particular, deben cultivar la devoción a San José.
Como todas las letanías, la Letanía de San José está diseñada para ser recitada en comunidad, pero se puede rezar sola. Cuando se recita en grupo, una persona debe liderar y todos los demás deben responder en cursiva. Cada respuesta debe recitarse al final de cada línea hasta que se indique una nueva respuesta.
Letanía de San José
Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos amablemente.
Dios el Padre Celestial,ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo,
Dios, el Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios,ten piedad de nosotros.
Santa María,ruega por nosotros.
San José,
Ilustre vástago de David,
Luz de los Patriarcas,
Esposa de la Madre de Dios,
Casto guardián de la Virgen,
Padre adoptivo del Hijo de Dios,
Vigilante defensor de Cristo,
Jefe de la Sagrada Familia,
José el más justo,
José casto,
José, el más prudente,
José el valiente,
José el más obediente,
José el más fiel,
Espejo de paciencia
Amante de la pobreza,
Modelo de obreros,
Gloria de la vida hogareña,
Guardián de las vírgenes,
Pilar de familias,
Consuelo de los afligidos,
Esperanza de los enfermos
Patrona de los moribundos,
Terror a los demonios
Protector de la Santa Iglesia,ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,perdónanos, oh Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,con gracia escúchanos, oh Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,ten piedad de nosotros.
V.Lo hizo señor de su casa,
R.Y el gobernante de todas sus posesiones.
Dejanos rezar.
Oh Dios, que en tu inefable providencia te dignaste elegir al bienaventurado José como esposo de tu santísima Madre: concédenos, te suplicamos, que podamos tenerlo por intercesor en el cielo, a quien veneramos como nuestro protector en la tierra. Quien vive y reina un mundo sin fin. Amén.